Decir que un animal de nuestra
fauna es “más o menos” que otro
es muy relativo y cada uno podemos tener nuestra opinión al respecto. En mi caso y sin menospreciar a otros animales, hay dos reyes indiscutibles, uno del aire y el otro de la tierra. Ambos son los dueños en su ambiente, y no tienen enemigos salvo el común a todas las especies de este planeta: el hombre.
es muy relativo y cada uno podemos tener nuestra opinión al respecto. En mi caso y sin menospreciar a otros animales, hay dos reyes indiscutibles, uno del aire y el otro de la tierra. Ambos son los dueños en su ambiente, y no tienen enemigos salvo el común a todas las especies de este planeta: el hombre.
Estamos en el norte de la provincia de León, y esta entrada irá dedicada al
primero, al Rey o mejor dicho, a la Reina indiscutible del aire: El Águila
real.
El Águila real (Aquila
chrysaetos) es una de las Rapaces más conocidas y posiblemente la más
fuerte de todas nuestras aves. Su envergadura puede llegar a los dos metros y
alcanzar un peso en las hembras (mayores que los machos) de más de 5 Kg. Las Reales habitan en el
Norte de África, Europa, Asia, y Norteamérica. Es una fiera cazadora cuyas
cualidades han hecho que el hombre la utilice en Cetrería, ya que no duda en
atacar a mamíferos de talla media incluido el Lobo. En libertad además de las
piezas que caza para alimentarse no desdeña la carroña si la tiene al alcance.
No tiene competencia en su medio
y es capaz de enfrentarse a cualquier especie que ose plantarle cara. Su
envergadura y potencia hace que sea la segunda en el ránking de velocidad animal
tan solo por detrás del Halcón peregrino, pero la diferencia enorme de tamaño
entre una y otra especie hace que esos pocos Km/hr en que el Halcón la supera parezcan
insignificantes cuando el Águila hace un picado a 300 Km/hr.
El conseguir fotos por uno mismo
del Águila real es uno de los desafíos fotográficos más duros, ya que después
de intuir o confirmar su presencia en la zona elegida, además de los
correspondientes permisos administrativos, se necesitarán semanas o incluso
meses de trabajo para conseguir que estas soberbias rapaces se acerquen a donde
tú quieres.
Una vez que has logrado lo
anterior los sacrificios continúan, sobre todo cuando las condiciones
climatológicas no son buenas, pues hay que recorrer distancias considerables a pie para llevarles algo de comida y hay que ir con más de medio metro de nieve y cargados hasta las trancas campo a través, o por
pistas en las que un 4x4 necesita las cortas en condiciones normales debido a
la pendiente. A pesar de lo anterior, la satisfacción de ver descender desde el
cielo, las peñas, o lo alto de una ladera a la Reina, compensará todo el trabajo.
Toda esta entrada está hecha con los
seguimientos realizados a lo largo de un año en la Montaña Central
Leonesa. Un año en el que hemos llegado a ver hasta cuatro ejemplares diferentes en un solo día.
Cuatro estaciones en las que hemos disfrutado y sufrido con estas aves,
pero sobre todo hemos pasado horas inolvidables observándolas y admirando las entradas y demostraciones de fuerza de este soberbio animal.
Invierno
Primavera
Verano
Otoño
Por mi parte si hay algo que admiro de la
Reina son sus garras, esos dedos con unas uñas de 10 cms o más, convencen a sus
posibles competidores de que es mejor mantener una distancia prudencial.
Aunque
hay veces cuando el hambre aprieta, algunos insensatos osan enfrentarse a
la bestia, y es en ese momento cuando aprecias de verdad la fuerza de la Reina,
viendo como en una acometida pone panza arriba a un buitre que la dobla en peso
y la saca un metro de envergadura.
Ella sola es capaz de hacer
frente a un grupo de buitres hambrientos y mantenerlos a distancia hasta que se
harta de comer.
También el zorro la teme y cuando ella está cerca, a pesar de que pueda estar hambriento, solamente se deja ver si está posada en el suelo, y aún así, sin acercarse ni perderla de vista, manteniendo la distancia al lado de lo espeso, y con una posición de rabo y orejas que indica el miedo que la tiene.
Aunque hay veces que el hambre aprieta y en un alarde de valor el zorro, a pesar de su miedo, intenta hacerla frente, pero al final no le queda otro remedio que retirarse.
También otras rapaces pueden acosarla pero siempre desde una posición superior y por supuesto fuera de su alcance, como este Milano real, o este Ratonero.
Entre ellas también suele surgir
rivalidad, pero conscientes de su fuerza y del daño que podrían hacerse, pocas veces la pelea pasa de ser una
simple demostración de poder.
El ver acercarse o alejarse a la Real es un
espectáculo que se te queda grabado y que por muchas veces que lo veas siempre
te despierta admiración. Las alas plegadas con las fuertes patas colgando y sobre todo el
frenazo antes de tomar tierra, es algo impresionante que vuelve a pasar por tu
mente cada vez que ves una de las instantáneas conseguidas.
Esto ha sido todo, unas últimas
fotos como despedida de las miles que hemos tomado de una de las joyas de nuestra fauna.
Espero que os haya gustado. Hasta
la próxima en que hablaremos del otro Rey.
Qué pasada! Qué envidia haber visto la Real tan cerca . magnífica entrada. Me has hecho vibrar. Enhorabuena
ResponderEliminarGracias Jaime. Me alegro que te haya gustado
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