domingo, 28 de abril de 2013

La Cigüeña blanca


Por San Blas la cigüeña verás…….
 y si no la vieres año de nieves.

Así reza este refrán popular referido a la llegada de las cigüeñas a los lugares donde suelen pasar la primavera y el verano. Lo cierto es que ahora las cosas han cambiado y llegan mucho antes pues es normal ver a los machos, que son los que llegan los primeros, a finales de diciembre.  


Posiblemente que no haya nadie en este continente que no conozca a este animal. Se trata del ave más popular que podemos encontrar, y esto es debido a las creencias populares que la acompañan ya que su presencia va ligada a la buena suerte, aunque como todos sabemos lo que mas fama le da es la de haberla atribuido traer a los bebes de Paris, está fábula extendida por toda Europa y llevada a America por los conquistadores la ha hecho aparecer como un ave sagrada a la que nadie se atreve a hacer daño. Hay muchas versiones del porqué de esta fábula y seguramente cada país tenga la suya.


Al margen de todo esto, lo cierto es que está elegante zancuda, aunque bastante guarrilla, es una de las aves mas beneficiosas para la agricultura y su presencia es casi siempre bien recibida por todos.

Actualmente goza de protección pues aunque en la península Ibérica es bastante numerosa no así en otros lugares de Europa.


Se trata de un ave migradora que pasa su vida entre Europa, una parte de Asia y África que es a donde se dirige a pasar el invierno. Para sus desplazamientos migratorios utiliza normalmente dos rutas establecidas: una a través del Bósforo y la otra a través de Gibraltar ya que al no formarse columnas térmicas sobre el agua, la costaría trabajo cruzar el Mediterráneo por otros sitios para dirigirse a los lugares de cría.

En León tenemos una gran cantidad de parejas nidificantes y raro es el pueblo que no cuenta en su campanario con al menos una de estas parejas.


 Campanario de la Iglesia de Pedredo, podemos ver a la madre con dos pollos

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es un ave zancuda de más de un metro de altura y casi dos de envergadura. Su color blanco con el borde de las alas negro y el pico y las patas rojas la hacen muy llamativa y visible tanto en vuelo como en tierra. No existe en esta especie dimorfismo sexual, sin embargo el macho suele ser algo mayor que la hembra. Su peso oscila entre los 2,5 Kg y los 5 Kg. No emite sonidos audibles, pero cuando está en el nido y se acerca otra cigüeña entrechocan muy rápido el pico produciendo un sonido bastante fuerte llamado crotoreo , en León decimos que “machacan el ajo” y en la foto de abajo podemos apreciar la postura característica y la vibración del pico.

El saludo al llegar al nido

La puesta suele ser de tres o cuatro huevos, aunque normalmente no sacan más que dos de los pollos adelante, pues salvo que haya abundancia de comida sacrifican a los otros.



Se alimentan de todo tipo de anfibios, reptiles, peces, crustáceos, insectos y pequeños mamíferos, sin desdeñar los desperdicios que pueden encontrar en vertederos, también se aprovechan del trabajo humano, siendo normal  ver a varios ejemplares siguiendo a los tractores mientras van arando.

Siguiendo al tractor mientras labra la tierra

Nido en un respiradero de la traída de agua a León

Son aves bastante longevas pudiendo vivir más de treinta años. Son monógamas y la pareja puede mantenerse durante varios años, en ese tiempo mantienen también el mismo nido. Los animales jóvenes pueden cambiar de pareja y de nido varias veces los primeros años hasta que forman una pareja estable, lo que suele ocurrir por regla general a partir del cuarto o quinto año.

 Nido en Santa Colomba de Somoza

Sus nidos son muy voluminosos y pesados, los construyen con ramas y a el aportan todo lo que las llama la atención incluyendo plásticos, trozos de ropa, cuerdas….. el tamaño del nido puede sobrepasar el metro tanto de diámetro como de altura, y llegar a pesar más de 200 Kg. Estos nidos debido a los restos de materias orgánicas almacenadas, están poblados de toda clase de parásitos.

Nidos en un castillo 

Parece gustarles la presencia humana pues construyen sus nidos utilizando generalmente edificaciones, con especial predilección por los campanarios de las Iglesias y las ruinas, también utiliza los postes de los tendidos eléctricos y telefónicos, y por supuesto como otras aves también pueden usar los árboles para anidar.

Aprovechando el campanario

Suelen anidar en pequeñas colonias, no es raro ver tres o cuatro nidos en un campanario, y muchos más si la construcción elegida lo permite. También cuando anidan en árboles suelen ponerlos bastante juntos, y si utilizan postes de tendidos los van ocupando seguidos un largo trecho.


Debido a la envergadura y peso de los nidos, en muchos sitios se intenta evitar que puedan construirlos colocando molinetes y objetos que las molesten o ahuyenten, pero es un ave tozuda y si decide montar el nido en un sitio es difícil hacerla desistir del intento. La foto superior es de una torre de San Pedro de Pegas, y actualmente tienen su nido en esta torre a pesar de las varillas que se instalaron. Otra costumbre un tanto extraña y desagradable de estás aves es la de defecar a veces sobre sus patas (urohidrosis) al evaporarse las heces por lo visto les produce un efecto refrescante, por ese motivo vemos que normalmente las patas están blanquecinas en vez de tener su color rojo habitual.

A continuación algunas fotos de nidos y colonias:
 
Colonia sobre las ruinas de un molino 

Nido en campanario

Estas fotos que vienen ahora son de una colonia que hemos seguido, y que tiene una característica especial, y es que a pesar de que los nidos están construidos en árboles y a una altura del suelo considerable, están muy próximos a una cárcava que hace que queden a la altura de la vista e incluso por debajo del nivel en que estamos, lo que unido a la confianza de estas aves favorece la observación.







En esta colonia ha habido diferente suerte en los nidos que la forman. Centrándonos en los tres más visibles, el de la foto de arriba es el que tuvo mala suerte, pues después de estar la hembra ya guarando, un día desapareció, posiblemente moriría y era triste ver al macho durante todos los días de la temporada de incubación en el nido esperando.

Las siguientes fotos están tomadas con un mes de diferencia, la primera está tomada a mediados de Mayo, la segunda a mediados de Junio, y la tercera a mediados de Julio.





Como puede verse, finalmente estos otros dos nidos sacaron tres pollos cada uno y fue una experiencia irles viendo crecer hasta que lo abandonaron. 



Hasta aquí esta entrada sobre estas visitantes que nos alegran la vista con su presencia en nuestro entorno. En unos días empezarán a reunirse en bandos y a mediados de Agosto o primeros de Septiembre se irán para sus cuarteles de invierno y ya no las veremos hasta las Navidades en que empezarán a llegar de nuevo los machos más madrugadores, adelantándose para tomar posesión de los nidos e irles preparando para cuando lleguen las hembras, entonces volveremos a oír "machacar el ajo" y volveremos a disfrutar viéndolas en sus lugares de costumbre.   



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