lunes, 11 de agosto de 2014

Un aguardo a las Rapaces


Hace tiempo he venido observando como por encima de
nuestra casa sobrevolaban un Águila calzada y un Alimoche, algo no muy común en la zona ya que estamos en las afueras de León.

 Águila calzada (Hieraaetus pennatus)

Alimoche ( Neophron percnopterus)

En la zona en que vivimos abundan también los Milanos negros, los Buteos, y los Cernícalos, y a pesar de haberlos fotografiado muchas veces, tenía ganas de poderles sacar alguna foto más cerca.

Milano negro (Milvus migrans)

 Busardo ratonero (Buteo buteo)


Cernícalo común (Falco tinnunculus)

Ya que disponía de unos días en que no íbamos a ir a ninguna parte, me fui a buscar un sitio apropiado por la zona en donde se ve más abundancia de estas aves. Después de recorrerla localice una mata perfecta y a 25 mts una raíz que podría servir para posadero, además situada en el centro de la zona en que estos animales se alimentan, ya que allí hay varias colonias de conejos. Por el contrario la distancia al posadero, el entorno y la posición del sol eran fatales, totalmente las condiciones contrarias para conseguir unas fotografías técnicamente buenas, pero una situación ideal para ver el comportamiento de estas aves de cerca.


Había visto un conejo muerto (atropellado en el camino) lo saque para el borde y decidí probar suerte, a pesar de ser ya media mañana. Lo cierto es que  no esperaba este resultado, ya que apenas en media hora tuve el primer visitante, nada menos que el Águila calzada.




Sinceramente no la vi llegar, de repente estaba allí. Durante casi cinco minutos permaneció en el posadero acicalándose, finalmente bajó al suelo, pero no se acercó al conejo. Posiblemente “aquello que estaba allí” no se comportaba como una presa.


Después de un buen rato contemplándola a placer se marcho, y aparecieron las Urracas y los Cuervos, que me sirvieron de entretenimiento un buen rato. Fue interesante observar el comportamiento de las “Pegas” (Urracas), ver como se comunicaban y como se iban turnando para comer mientras una de ellas vigilaba desde el posadero.

 



Un par de horas después recogí el conejo que estaba aún entero, y lo deje guardado en la mata con idea de volver al día siguiente y entrar antes de que amaneciese.

Así lo hice, y nada mas meterme en la mata y sin apenas luz vi un bulto en el posadero, era una hembra de Cernícalo común con un topillo entre las garras.


La falta de luz no me permitió mejorar la toma y casi hay que adivinar la escena.

Un buen rato después ya con el sol fuera, sentí un fuerte aleteo sobre mi cabeza, y a unos 10 mts de donde estaba el conejo descendió este precioso Alimoche.


¿Qué hacía tan lejos de sus lugares habituales? El caso es que se acercó a la comida con ese andar característico de los buitres y se puso a comer.








Un rato después llegó este Milano negro que aparentemente venía con hambre, ya que hizo que el Alimoche dejase la comida.








Después de un buen rato ya apenas quedaba conejo, y se marcho dejando los restos a las Pegas, ya que hasta ese momento las había mantenido a distancia de "la comida".

Mientras comía el Milano, este Alcaudón real estuvo revoloteando alrededor mío por la mata, y luego se fue al posadero desde donde también estuvo contemplando la escena.



Finalmente después de cuatro horas disfrutando con las aves que acudieron, decidí dar por terminada la sesión y recogí los "bártulos". No pensaba volver pero al día siguiente Mary me llamó cuando iba para León y me dijo que había un conejo atropellado al lado de donde había estado. Cogí la cámara y me volví a meter en la mata. A las once de la mañana empezaron a llegar estos visitantes.


Durante un momento llegaron a juntarse cuatro ejemplares, aunque uno no se atrevió a acercarse y se quedó “fuera de la foto”. Por el tamaño era un juvenil de este año, pero no pude fotografiarle, pues las ramas me tapaban el objetivo.







Las diferencias de plumaje entre ellos eran grandes, hasta el punto de que este ejemplar me hizo dudar de si no se trataría de un Milano real, pues mi experiencia con estas aves era prácticamente nula.


Pero aún faltaba otro plato fuerte. A mi izquierda llevaba toda la mañana moviéndose un bando de palomas, y de repente de la nada apareció un Halcón peregrino, “pilló” a una y con la inercia del ataque fue a aterrizar enfrente de donde yo estaba.







Le saque un montón de fotos, y finalmente después de más de un año, me decidí a probar el video de mí cámara, apenas grabé 30 segundos pues solo llevaba una tarjeta y temí quedarme sin espacio para fotos si me entraban más aves, pero al menos me ha servido para ver como funciona.


Lo cierto es que prefiero las fotos, pero ahora me arrepiento de no haber grabado a los milanos y al alimoche alimentándose y pegándose….otra vez será.

El haber podido ver en directo como se comportaban, como establecían jerarquías para alimentarse, como comían, y sobre todo ver a estas soberbias aves de cerca ha sido una experiencia inolvidable. Las fotos dejan que desear técnicamente, pero no cabe duda de que dan idea de los momentos relatados.

Solamente se me resistieron los Buteos, que a pesar de ser la especie más abundante entre las rapaces de la zona, no entraron y se mantuvieron a distancia sobrevolando las "huras" de los conejos, así que quedarán para la próxima vez.


Hasta la próxima. 




2 comentarios:

  1. Enhorabuena por esta fenomenal entrada. Se ve que disfrutaste un montón. La persistencia y la paciencia tiene sus recompensas. Excelentes fotos.
    Saludos

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    1. Gracias José Alberto. La verdad es que si que fue una gozada ver estas aves tan cerca de casa.
      Saludos

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