Hace unos días hablábamos de la peña Susarón, como un prólogo
de lo que nos ofrece esta parte de la montaña
leonesa. También hace unos meses dedicamos una entrada a uno de nuestros
animales favoritos, los Rebecos, realizada en parte por esa zona de la cordillera. Así que esta
nueva entrada es complementaria a las dos anteriores.
Hace unos días subimos a de nuevo
a la montaña buscando a los Rebecos. El día amaneció con bastantes nubes, que al final acabaron
cubriendo el cielo totalmente, y con bastantes grados menos de temperatura que los días
pasados, lo cual fue de agradecer.
Decidimos empezar por tratar de localizar unas cabradas que habíamos visto hacía unas semanas .
Allí dimos con un grupo de
hembras con sus pequeños y algún macho joven, que nos dejaron fotografiarles
sin problemas.
En la misma zona conseguimos
fotografiar a este bonito macho.
Después de estar un buen rato
observándole seguimos camino para tomar altura.
Allí los rebecos nos dieron otra
satisfacción al dejarse fotografiar de nuevo.
Más adelante nos encontramos con
los guardas de la Reserva y unos cazadores que iban a por una hembra selectiva.
Después de hablar con los guardas nos quedamos en lo alto viendo como se
desarrollaba la entrada por debajo de nosotros, pues pensamos que si la cobraban podíamos sacar alguna foto de cerca a los buitres cuando bajasen a comer las vísceras, ya que estas aves están
acostumbrados a relacionar de inmediato disparo con comida.
Como habíamos supuesto al ruido
de los disparos (fueron varios pues el que tiraba debía ser bastante malo)
aparecieron los buitres, la única pega es que se estaba acercando una buena
tormenta que además de limitarnos la visibilidad acabó descargando e hizo que
los buitres desapareciesen de nuestra vista.
A pesar de que estábamos a bastante distancia pudimos ver como los rebecos en su huida acometían paredes verticales sin ningún problema.
A pesar de que estábamos a bastante distancia pudimos ver como los rebecos en su huida acometían paredes verticales sin ningún problema.
Cuando cobraron la hembra del
rebeco, los guardas la bajaron de donde había quedado y nos dejaron las
vísceras en una zona que habíamos acordado y que nos permitiría acercarnos a
unos 50 mts por un camino para intentar fotografiarles desde el coche. Después
cuando terminaron de hacer su trabajo de toma de datos y muestras se fueron.
Nos acercamos hasta unos 200 mts
y estuvimos casi una hora aguantando el chaparrón, pero nada más que paró de
llover los buitres aparecieron de nuevo de la nada y comenzaron a sobrevolar la
comida.
Cuando bajaron, cosa que ocurrió rápidamente
pues los pobres debían de estar hambrientos, nos acercamos con el coche, y aunque
tardamos solo unos segundos en llegar casi no les vemos comer, pues apenas les
duró el aperitivo 2 ó 3 minutos, no obstante aún pudimos tomarles unas cuantas
fotos.
Cuando todo volvió a la
normalidad nos dirigimos a otra zona donde estuvimos viendo más rebecos, como
este grupo de machos aunque ya bastante lejos.
Por encima de ellos, aún más
lejos, estaban estos tres ciervos, ya que en esta época y por esta zona los
venados suelen estar más altos que los rebecos.
Pasamos un día entretenido viendo cantidad de animales y regresamos pensando ya en lo poco que queda para la berrea, así que estamos esperando de nuevo esas semanas en las que disfrutaremos oyéndoles,
e intentaremos buscarles y rececharles para tratar de conseguir alguna foto como las del año pasado, que aunque no tengan una gran calidad debido a la distancia a la que las tomamos para no molestar a los animales, para nosotros verlas es revivir el "sonido del monte" y los momentos vividos.
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