jueves, 3 de septiembre de 2020

La primavera perdida.........y más



Hace mucho de la última entrada al blog. En este tiempo hemos
vivido y estamos viviendo situaciones por las que nunca antes habíamos pasado, y que están cambiando totalmente nuestra forma de vida.

Desde que terminé mi etapa laboral nos fuimos a vivir a al pueblo y eso hizo que ese periodo de "confinamiento extremo" fuese muchísimo más llevadero, pues nuestra casa está en una pequeña finca cercada situada en el borde exterior del lugar, lo que nos permitía salir a nuestro jardín a pasear y a tomar un poco el aire.

Para no perder el contacto con las aves, coloqué un pequeño hide en el lugar que en la pequeña finca destinamos a huerta, un espacio de apenas 10x10 metros, y me propuse atraer a él a alguno de los vecinos alados de los alrededores.


Nuestros vecinos habituales a los que ya dediqué hace tiempo una entrada en el blog "Los pájaros de nuestro jardín", Turcas, Torcaces, Gorriones, Pardillos.....fueron en un principio los objetivos, el caso era pasar un ratito entretenido dentro de las limitaciones de nuestro reducido entorno.


No tuve ningún problema en fotografiarles ya que ellos siempre están por aquí.









Pasó Marzo y comenzaron a llegar los primeros visitantes. A primeros de Abril empezamos a oír a los Cucos por las choperas de alrededor. Estos escandalosos eran los que más se hacían oír y a ellos me dedique unos días.

Apenas podía dedicarles una hora diaria, pero finalmente conseguí atraerles a los árboles de mi alrededor, para lo cual solo tenía ese tiempo limitado desde que la luz lo permitía hasta las 9:00 de la mañana que empezaba el "cole" con mi nieto, ya que después por la tarde no se oía nada debido al ruido y movimiento de la gente de las casas de alrededor.





Unos días más tarde, una mañana oí el canto característico de un Torcecuellos. Como todos estos años fueron puntuales a la cita y a ellos me dediqué en exclusiva unos cuantos días.


Yo creo que están de paso, pero siempre se quedan por aquí unas semanas, o quizá unos marchan y otros llegan, o simplemente llega un momento en que ya dejan de cantar y su mimetismo les hace pasar desapercibidos, el caso es que pude ver con mucho más detalle que el año pasado, cómo se comportaban y además hacerles un montón de fotos, pues 2 ó 3 ejemplares se movían alrededor mío como si fuesen Gorriones.

Les coloque un trozo hueco de corteza de alcornoque que tenía para fabricar nidos, y como críos en un parque pasaban por el hueco persiguiéndose, lo cierto es que me hicieron pasar ratos muy entretenidos. 






Aunque el entorno no era el mismo del año pasado, pude disfrutar con la presencia de estas aves tan especiales para nosotros sin salir de casa, aunque a veces echase de menos el otro entorno con sus viejos maderos y una vegetación mucho más variada, aquí sustituido por la pequeña valla de mi huerta y las recién plantadas cebollas.






Cuando llegó el 2 de mayo y nos permitieron salir alrededor de casa me pude acercar a mis hides, ya que en el radio aproximado de 1 Km puedo llegar a ellos campo a través sin acercarme a casas o caminos. Fue emocionante volver a pisar el campo que estaba precioso, las Orquídeas mis flores preferidas habían florecido por miles.

Cuando llegué comprobé que la hierba había crecido mucho y los bebederos obviamente estaban resecos, por lo demás todo estaba como lo había dejado hacía más de mes y medio.


En el comedero que tengo al lado del bebedero de los pajaritos, una pareja de carboneros había anidado dentro, y por cierto quedaron establecidos allí y después sacaron una segunda nidada. El pequeño escondite estaba también sin tocar, y el bebedero también estaba reseco, pero por los alrededores cantaban Ruiseñores, Petirrojos, Zarceros..... ya habrá tiempo en verano de poner todo en funcionamiento, de momento tendrá que quedar así.

Unos días después decidí subir al hide de rapaces y quedarme un poco a ver que había. El tema imponía un poco pues tenía que hacerlo campo a través y cargado con el equipo fotográfico, la ventana del hide y un paquete de comida congelada. Aparte del volumen de los bultos y con un peso de unos 25 Kg, desplazarse por tierras abandonadas evitando los caminos y con la hierba y la maleza en muchos tramos a la altura del pecho era todo un poema. Entre la subida y la bajada me llevaría algo más de media hora por lo que solo podía estar allí otra media hora, ya que a pesar de no estar de acuerdo con esa norma absurda de la "hora de paseo" iba a cumplirla.

Obviamente no entró nada salvo una Urraca que ni siquiera se acercó a la carne, y un lagarto que casi había que adivinar moviéndose por debajo de uno de los posaderos. Recogí todo y salvo el equipo fotográfico lo dejé en el hide para repetir al día siguiente, ya que al subir descargado podría ganar casi un cuarto de hora más de espera.



Al día siguiente sí que se acerco un precioso macho de Lagunero. Se quedó un rato mirando para la carne y al final se marcho sin acercarse a ella. Estaba claro que había que empezar poco a poco y olvidarse de los hides hasta que dispusiésemos de más tiempo y nos dejasen utilizar el coche.



Los otros paseos diarios los dediqué a las Orquídeas acompañado de mi nieto. La floración fue espectacular, y la limitación de no alejarnos de casa, ha servido para que localizase grupos de orquídeas que no pensé que hubiese por esta zona, al menos en la cantidad que he visto.


Es obvio que estos grupos muy numerosos de algunas especies han estado aquí siempre, pero la gran diferencia de este año fue que el rebaño de ovejas que suele establecerse en este término no había venido y el campo estaba sin tocar.


Las más abundantes son las morio que cubrían de morado laderas enteras, y entre ellas siempre destacaba alguna por su color diferente al de la mayoría.







Las seguían en número las papilionaceas, cuyos grupos ponen su color característico entre el morado de las morio.





 Esta mezcla favorece la creación de cantidad de híbridos entre estas dos especies.



Pero lo más interesante de este año fue descubrir cientos de luteas y sphegodes, que otros años íbamos a buscar lejos de casa, también localicé dos pequeños grupos de champagneuxii, y alguna antropophora.









Por el contrario, aunque aún era pronto, los grandes grupos que salían de Himantoglossum hircinum habían bajado bastante su densidad, aunque seguía habiendo bastantes plantas, y al final florecieron en su momento con unos tamaños que superaban los 50 cms de alto.


Todas las Orquídeas anteriores crecen en terrenos que encajan perfectamente por sus características con éste, pero la que más me sorprendió, pues al menos por León suele estar en otro tipo de hábitat, fue esta temprana D. elata, aunque solo vi esta planta.



Poco más puedo contar de estos días, el título lo dice todo, de momento nos robaron una primavera, pues en este tiempo se condensa en nuestra provincia la mayoría de floraciones de estas plantas, y muchos lugares a los que nos desplazamos en esas fechas quedaron sin visitar, y cuando por fin en Junio pudimos movernos con el coche, ya no llegamos a muchas especies.

El consuelo fue que las que florecían a finales de ese mes lo hicieron también en grandes cantidades y pudimos localizar algunos sitios nuevos.















Cuando finalmente levantaron las restricciones de movilidad el campo se llenó de gente, los lugares de fácil acceso se masificaron, y hoy día resulta casi imposible llegar a un lugar al que se  pueda acceder con vehículo sin encontrarte allí con varios coches aparcados, esperemos que cuando pase Agosto la presión disminuya, de momento los animales se han ido retirando a lugares más inaccesibles y cada vez resultan más difíciles de localizar.

Es por eso que la mayor parte de este tiempo lo he dedicado a mis hides que afortunadamente me han seguido dando satisfacciones, aunque este año no me pude despedir de los Milanos reales, que la primera semana de marzo ya empezaban a "preparar las maletas", y en esas semanas es cuando suelen aparecer ejemplares anillados y resulta apasionante localizarles, identificarles y descubrir su historia.


En esa misma primera semana de Marzo empezaban ya a llegar sus primos los Milanos negros, y cuando volví a retomar las visitas normales ya estaban todos aquí.


Son ya más de 70 especies las que tengo censadas, algunas de ellas muy especiales, pues a pesar de no ser muy abundantes su presencia ya va siendo habitual y su número va en aumento.

El tener a menos de tres metros a una Calzada bañándose, o a un zorro bebiendo al que casi llego a tocar y que no aparta la mirada de donde estoy. Contemplar el ritual de los baños de los pajarillos, ver el comportamiento peleón de Ratoneros y Laguneros, la aproximación de los buitres viéndoles salir de la nada................... la verdad es que nunca te aburres pues todo es verdaderamente apasionante.















En fin, nos tuvieron encerrados 71 días, 15 días después nos sacaron con correa que cambiaron después por una extensible, luego nos la soltaron durante un tiempo, pero no nos quitaron el collar, a saber que nos tienen preparado para el Otoño, pero sea lo que sea no se conseguirá nada mientras haya impresentables que no piensen en el daño que pueden hacer a muchísimas personas con su irresponsabilidad.

Esto ha sido todo, habrá que seguir aguantando lo que podamos e intentando sobrevivir a pesar de ellos. Hasta la próxima.

6 comentarios:

  1. Que gran y bello reportaje amigo Victor y todo ello tan cerca de casa, ¡qué gran privilegio! me encanta todo lo que he visto y seguramente tu nieto lo paso en grande con su abuelo, bellos recuerdos que quedaran imborrables para siempre.
    La maldita pandemia esta es una verdadera maldición, uno no sabe ya que pensar de ello, tal vez exista algo más que no nos quieren decir, pero me da la impresión que vienen tiempos nada buenos, aparte de la irresponsabilidad de mucha gente.
    Ha sido todo un placer el leerte y ver tan bello reportaje.
    Un abrazo y buen mes de septiembre amigo.

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    1. Gracias Juan. Estamos pasando tiempos duros.... y lo que nos queda. Me alegro que te gustase la entrada. Un abrazo

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  2. Víctor, hemos perdido una primavera pero seguro que algo bueno hemos aprendido del tiempo de confinamiento, por lo menos a valorar el tiempo y el momento.
    Gracias por este maravilloso paseo fotográfico ¡es una delicia ver tus fotos!
    Un abrazo.

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    1. Hola Montse, tienes razon, hay que valorar el momento y disfrutar mientras podamos pues no sabemos que va a pasar mañana. Un abrazo.

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  3. Hola Víctor. Acabo de leer y ver las fotografías que as echo durante el confinamiento y después, es fantástico. Dichoso tu que dentro de lo que cabe as podido hacer algo porque yo por vivir en Leganés y ser esta ciudad una de las mas castigadas, nos encerramos en nuestro piso y prácticamente no hemos salido aun. Un saludo y hasta el año que viene.

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    1. Hola Ricardo, Nos está tocando vivir una situación para la que no estábamos preparados. Nosotros apenas nos hemos movido de casa desde Marzo y entiendo lo duro que tiene que ser haber pasado el confinamiento en un piso. En fin, intentaremos seguir sobreviviendo.
      A ver si el año que viene podemos vernos. Un abrazo

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