lunes, 5 de enero de 2015

Una tarde a Corzos


A pesar que este año pasado nos ha prodigado varios encuentros con Corzos,
y de que éste es uno de nuestros animales favoritos, desde Marzo no hacíamos una salida dedicada exclusivamente a estos pequeños cérvidos, así  que el pasado sábado salimos después de comer a buscarles al atardecer a una de nuestras zonas preferidas para inaugurar el nuevo año.


Tomamos dirección hacia el Teleno. Nos encontramos en esta zona con una vegetación compuesta por pinares con manchas de monte de roble y algunas encinas, todo bastante espeso, y todo ello rodeado por monte bajo de escobas y urces, por lo que los recechos hay que hacerlos por cortafuegos, pistas y veredas limpias para intentar verles en los escasos claros, pues campo a través no veríamos ninguno debido al ruido que haríamos y a la poca visibilidad.


Lo cierto es que no esperábamos encontrar gran cosa ya que a esas horas es posible que estuviesen movidos, y lejos de los sitios accesibles. La sorpresa fue cuando empezamos a ver Corzos cada poco, ya que en apenas dos horas llegamos a contar 17 ejemplares, con la única duda de que un par de ellos fuesen repetidos.


En lo que no tuvimos suerte fue con la luz, pues el sol estaba muy bajo y se metía por entre los pinos creando fuertes contrastes, lo que nos obligó a tirar con ISOS muy altos para conseguir un poco de velocidad en las sombras que es donde normalmente estaban.


Las fotos así se complican sobremanera, ya que aquí es difícil ver a un animal a más de 50 o 60 m lo que hace inservible el trípode, pues lo normal es que cuando les localizas ellos ya han visto algo raro y saldrían corriendo al más mínimo movimiento sospechoso, así que nos tenemos que arreglar con el saquito de lentejas para apoyar si es que se puede.



Éste fue el primero que vimos, un macho con la cuerna ya bastante desarrollada, lo que quiere decir que si por aquí está así en estas fechas, se trata de un macho totalmente adulto.

Luego le siguieron varias hembras, algún macho joven, y un par de parejas.








Alguno más nos sorprendió y apenas nos dio tiempo a llevarnos la cámara a la cara.



Hay una zona donde desde hace tiempo hemos visto y fotografiado a un Corzo excepcional, y aquí vimos a este soberbio ejemplar que pensamos que pueda ser el mismo.




Estaba donde daba el sol de forma que la foto parece estar hecha con flash, pero es la luz que había, y era tal el contraste entre sol y la sombra que casi hay que adivinar a la hembra que está detrás de él.




Nos dejó sacarle unas cuantas fotos, esperemos que esta curiosidad tan innata en ellos no le cueste cara y sobreviva a la “temporada de caza”, y que en unos meses le volvamos a fotografiar luciendo la cuerna en todo su esplendor.

Ya de retirada otro Corzo, éste bastante más joven, nos permitió observar su comportamiento durante un buen rato, además y por esas casualidades que se dan de vez en cuando, desde bastante cerca. 




Había visto algo raro, y a cada disparo de la cámara no hacía más que dar golpes con la pata y mover la cabeza buscando un buen ángulo para ver que eran esos “bichos” que le observaban. Le estuvimos sacando fotos hasta que finalmente debió de identificarnos y se marcho, eso sí, soltándonos una buena retahíla de ladridos.


El poco tiempo de luz del que disponíamos se nos pasó volando y la salida de la luna nos indicó que era hora de dejarlo. 

Aunque las fotos técnicamente no son muy buenas espero que os hayan gustado, a nosotros como siempre nos dejan constancia del buen rato pasado.

Hasta la próxima.  

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