A pesar que este año pasado nos
ha prodigado varios encuentros con Corzos,
y de que éste es uno de nuestros
animales favoritos, desde Marzo no hacíamos una salida dedicada exclusivamente a
estos pequeños cérvidos, así que el
pasado sábado salimos después de comer a buscarles al atardecer a una de
nuestras zonas preferidas para inaugurar el nuevo año.
Tomamos dirección hacia el
Teleno. Nos encontramos en esta zona con una vegetación compuesta por pinares con
manchas de monte de roble y algunas encinas, todo bastante espeso, y todo ello rodeado
por monte bajo de escobas y urces, por lo que los recechos hay que hacerlos por
cortafuegos, pistas y veredas limpias para intentar verles en los escasos claros,
pues campo a través no veríamos ninguno debido al ruido que haríamos y a la
poca visibilidad.
Lo cierto es que no esperábamos
encontrar gran cosa ya que a esas horas es posible que estuviesen movidos, y
lejos de los sitios accesibles. La sorpresa fue cuando empezamos a ver Corzos cada
poco, ya que en apenas dos horas llegamos a contar 17 ejemplares, con la única
duda de que un par de ellos fuesen repetidos.
En lo que no tuvimos suerte fue con
la luz, pues el sol estaba muy bajo y se metía por entre los pinos creando
fuertes contrastes, lo que nos obligó a tirar con ISOS muy altos para conseguir
un poco de velocidad en las sombras que es donde normalmente estaban.
Las fotos así se complican
sobremanera, ya que aquí es difícil ver a un animal a más de 50 o 60 m lo que
hace inservible el trípode, pues lo normal es que cuando les localizas ellos ya
han visto algo raro y saldrían corriendo al más mínimo movimiento sospechoso,
así que nos tenemos que arreglar con el saquito de lentejas para apoyar si es
que se puede.
Éste fue el primero que vimos, un
macho con la cuerna ya bastante desarrollada, lo que quiere decir que si por
aquí está así en estas fechas, se trata de un macho totalmente adulto.
Luego le siguieron varias hembras, algún macho joven, y un par de parejas.
Alguno más nos sorprendió y
apenas nos dio tiempo a llevarnos la cámara a la cara.
Hay una zona donde desde hace tiempo
hemos visto y fotografiado a un Corzo excepcional, y aquí vimos a este soberbio ejemplar que
pensamos que pueda ser el mismo.
Estaba donde daba el sol de forma
que la foto parece estar hecha con flash, pero es la luz que había, y era tal
el contraste entre sol y la sombra que casi hay que adivinar a la hembra que está detrás de él.
Nos dejó sacarle unas cuantas
fotos, esperemos que esta curiosidad tan innata en ellos no le cueste cara y
sobreviva a la “temporada de caza”, y que en unos meses le volvamos a fotografiar
luciendo la cuerna en todo su esplendor.
Ya de retirada otro Corzo, éste
bastante más joven, nos permitió observar su comportamiento durante un buen
rato, además y por esas casualidades que se dan de vez en cuando, desde bastante cerca.
Había visto algo raro, y a
cada disparo de la cámara no hacía más que dar golpes con la pata y mover la
cabeza buscando un buen ángulo para ver que eran esos “bichos” que le observaban.
Le estuvimos sacando fotos hasta que finalmente debió de identificarnos y se
marcho, eso sí, soltándonos una buena retahíla de ladridos.
El poco tiempo de luz del que disponíamos
se nos pasó volando y la salida de la luna nos indicó que era hora de dejarlo.
Aunque
las fotos técnicamente no son muy buenas espero que os hayan gustado, a nosotros como
siempre nos dejan constancia del buen rato pasado.
Hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario