Disfrutando con la nutria

La Nutria es uno de mis animales míticos,

yo que desde muy niño he estado en el río son muy pocas veces las que he conseguido ver un ejemplar, pero hace unos días he disfrutado lo indecible con una de ellas.

El actual estado de los ríos de León discurriendo prácticamente en todo su recorrido entre bosques de maleza que han sustituido a la clásica vegetación de ribera de las zonas altas y medias, así como a los cascajales y pastizales de las zonas bajas, junto con la involución o evolución forzada, no se que será más correcto, a la que se han visto sometidas las especies piscícolas, han favorecido la proliferación de algunas especies depredadoras, entre ellas la nutria y el cormorán.

Concretamente las nutrias siempre han estado muy perseguidas, ya que además del valor de su piel la gente pensaba (desgraciadamente algunos lo siguen pensando) que esquilmaban los ríos de truchas, algo parecido a lo que se pensaba que hacían las rapaces con la caza. Afortunadamente al menos nutrias y rapaces hoy día gozan de protección y el ver un ejemplar de nutria en libertad ya no es tan difícil.

Aprovechando que el estado del tiempo de esta semana con lluvias y vientos de 100 Kms/hr, ha propiciado que solo los “locos” salgamos al campo, intente localizar un ejemplar que se estaba viendo en una zona del río Órbigo.

Lo cierto es que no resultó difícil su localización, y después de estar dos días estudiando el comportamiento de este ejemplar, y con los siempre escasos conocimientos que uno va consiguiendo a lo largo de años de patear tierra y agua, además de un enorme porcentaje de suerte, conseguí disfrutar viendo de cerca las evoluciones de este soberbio ejemplar y sacarle alguna foto, aunque la calidad no sea muy buena debido al temporal…..y a los nervios de tenerla delante.

Todas las fotografías están hechas con unas condiciones de luz bastante malas, incluso algunas sin luz, otras con lluvia, y todas con ráfagas de aire considerables que como puede verse por el oleaje en alguna foto, parecía que más que a una nutría de río estuviese fotografiando a una nutría marina, pero al menos dan una idea de la experiencia vivida.

Viendo sus evoluciones en el agua, me pareció entender que tenía dos formas de alimentarse, una persiguiendo directamente a los peces, para lo que se daba impulso sacando todo su cuerpo del agua antes de sumergirse. 

Otra forma era buscando debajo de las piedras removiéndolas y donde “pillaba cosas pequeñas” que no pude ver con claridad que eran, pero que desde luego cogía y muchas, ya que varias veces emergía masticando, pero casi sin detenerse se volvía a sumergir. 

La pude oír masticarlas a pesar del aire y no eran cosas duras pues no "sonaba a cáscara", más bien pienso que serían lochas, ya que ese pez es bastante abundante en esta zona del río. 

En los tres días que estuve viéndola, tan solo la vi capturar dos truchas de unos 20 ó 25 cms.

Una vez más y parecido a lo que me ocurrió en lo relatado en la entrada de “El día del tejón” conseguí tener a este impresionante mustélido a dos metros de mi cara, aunque en este caso y a pesar de “los piños” que luce este ejemplar en concreto, estaba seguro de que mi nariz no peligraba. Esta fue nuestra "toma de contacto":

A pesar de que estaba escondido, el ruido de la ráfaga de la cámara la hizo mirar en mi dirección y algo raro vio, pero en vez de alejarse o sumergirse se aproximó a donde yo estaba.  

Ésta fue la última foto que la saqué, pues se salió de foco al estar a menos de tres metros de mi objetivo. 

Después de disfrutar viéndola un buen rato, aproveché una de sus inmersiones para separarme sin molestarla deseando que siga allí deleitándonos con su presencia.

Ojala podamos seguir viendo las evoluciones de este precioso animal muchos años.

Hasta la próxima