Desde hace unos años venimos
escapándonos un par de días a esta zona.
El viaje desde León es un poco peñazo hasta llegar a Salamanca, ya que como nos interesa llegar lo antes posible, casi todo él discurre por autopista, aunque desde Salamanca podemos dejarla y continuar por carreteras convencionales que discurren entre las numerosas dehesas de la zona viendo al ganado pastando entre las encinas.
Después de recorrer 70 Kms aproximadamente desde que dejamos Salamanca llegamos a las estribaciones del Sistema Central, concretamente a la Sierra de Francia, y a nuestro destino: La Alberca.
Aunque las elevaciones de esta
parte de la sierra no son considerables, ya que solamente sobrepasan
ligeramente los 1700 m de altura, el aspecto es impresionante, y en su paisaje destacan
las enormes pedrizas, las moles de granito, y los cortados con muchos metros de
caída libre.
Este año nos hemos alojado en la
entrada del pueblo en un hotel precioso “La Abadía de los Templarios”. Su
arquitectura medieval con unas bóvedas de piedra rellenas de ladrillo visto y
los adornos de madera tallada le dan un aspecto impresionante. Nos alojamos en
una bonita habitación de la planta superior, con el techo abuhardillado y con las
vigas de madera vistas. El ventanal con una pequeña terraza nos ofrecía unas
bonitas vistas, aunque no era desde allí desde donde nos proponíamos disfrutar
de ellas.
Teníamos varios objetivos previstos
para la escapada y como era de esperar los dos días no nos dieron apenas para
nada.
Uno de ellos era
disfrutar de las delicias gastronómicas de la zona, que para unos carnívoros
como nosotros ofrecen una gama de posibilidades bastante amplia.
Otro era pasear por las estrechas
calles empedradas de La Alberca, sacar algunas fotos de la particular arquitectura
de las casas, y hacer acopio de especias en la tienda que hay al lado de la
Iglesia y que no hay problema en localizar por el olor tan característico que
desprende.
En cualquier esquina te puedes
encontrar con el “Marrano de San Antón” al que este año vimos comiendo castañas
a la entrada del pueblo, pero íbamos en el coche y no tenía donde parar, así
que nos tuvimos que conformar fotografiando su "monumento".
El marrano de San Antón es
un cerdo que liberan por las calles del pueblo el día 13 de Junio después de
bendecirlo. El animal es alimentado por los vecinos hasta el día 17 de Enero,
día de San Antonio Abad (San Antón) en que es sorteado ante las puertas de la
iglesia.
Después de haber subido a la sierra, presta dar un paseo al anochecer por las calles desiertas y sentarse en cualquiera de las terrazas de la plaza disfrutando del “verano” que tuvimos en estos últimos días de Octubre.
Después de haber subido a la sierra, presta dar un paseo al anochecer por las calles desiertas y sentarse en cualquiera de las terrazas de la plaza disfrutando del “verano” que tuvimos en estos últimos días de Octubre.
Por último y para mí el objetivo más importante era subir a la sierra y buscar a las Monteses, y a la vista del resultado para esto si que hubiera querido estar bastante más tiempo. Lo cierto es que no esperábamos encontrarlas tan fácilmente..........
.......... y que además se dejasen acercar de esta manera.
Este macho que andaba el solo nos permitió seguirle un buen trecho, hasta que llego al borde del cortado, allí se tumbo y se puso a rumiar pensando en sus cosas. El rato que pasamos tomándole fotos será inolvidable.
Al principio pensé que esa facilidad
era debida a que no se las cazase en la zona en que estábamos, pero encontramos
a los guardas de la reserva y nos dijeron que si que las cazaban, de hecho
cuando les vimos las estaban buscando, lo cierto es que su distancia de
seguridad estaba en torno a los 30 ó 40 metros, incluso las Cabras de un grupo que vimos y a las que corté por detrás de unas peñas aprovechando el
aire en mi contra, se me fueron metiendo tan encima que apenas las tenía a 10 mts. Solo llevaba el 400 mms. y mi saquito de lentejas para apoyarlo, así que esto es todo lo que
me entraba en la foto, pues lógicamente al estar tan cerca me localizaron y no podía moverme.
En cuanto a aves, estaban
presentes todas las comunes de nuestros bosques, sin embargo si que por primera
vez vimos de cerca un Acentor alpino que nos dejó sacarle alguna foto.
Las rapaces estaban también
presentes, y vimos Buitres volando “muy por debajo” y “muy por encima” de
nosotros. También vimos varios Milanos y Buteos por la zona.
A la vista del tiempo tan bueno
que hacía (22º C el 29 de Octubre) de lo “asequibles” que estaban las Cabras, y
de lo buenos que estaban el chuletón de morucha, los quesos de cabra y los
ibéricos, nos hubiese gustado estar algún día más pero teníamos que volver a
casa, eso si, nos volvimos con un estupendo sabor de boca (en todos los
sentidos) y con ganas de volver el
próximo año.
Hasta la próxima.
Excelentes fotos, recuerdo con mucho cariño cuando hace años visité, primero con mis alumnos y después con mi familia La Alberca y Las Batuecas, era un entorno natural espectacular. Las cabras las vimos tanto en Las Batuecas como en la Peña de Francia.
ResponderEliminarPor cierto, ¿fue allí donde afotaste a las Cabras y al Acentor?
Saludos
Hola José Alberto, me alegro que gustasen las fotos. Las de las cabras están hechas en las laderas de la parte Sur la Peña de Francia, accediendo desde media subida al monasterio. El Acentor estaba arriba del todo en los cortados que dan hacia La Alberca entre algunos Escribanos montesinos.
EliminarSaludos.
Victor, vaya reportaje de las Batuecas. Enhorabuena, soy un enamorado de las monteses. Saludos Fran
ResponderEliminarGracias Fran. ¿Quien no está enamorado de esos animales? Estar entre ellas es una experiencia inigualable.
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